Cuando se termina una relación amorosa, ya sea por decisión propia o porque nos han dejado, los anhelos y las desilusiones caminan fuerte a nuestro lado. Pero, como todos los seres humanos somos así de complejos, ¿Qué es lo que realmente echamos de menos de nuestra ex pareja? Hoy profundizamos en este gran mundo de anhelos que tienen que ver con el ex o que tienen que ver con lo que yo recibía de mi ex, que no es lo mismo.
Echo de menos aquello que no fue
Cuando se produce una ruptura de pareja, o una ruptura de cualquier tipo de relación, es importante poder diferenciar que no es lo mismo echar de menos a alguien que echar de menos aquello que no fue.
Me explico.
A veces lo que más se extraña es justamente esto último, aquello que no fue. Es en eso «que no fue» donde se encuentran las fantasías e ilusiones propias, nuestros proyectos y sueños, compartidos o alejados del otro, pero que ese otro, por su sola existencia, daba la oportunidad de hacerlos posibles aunque sea en nuestra imaginación.
Pongamos un ejemplo que a veces es como mejor se ven las cosas. Dependiendo de la edad podríamos hablar de la compra de una vivienda o poder irse de casa de los padres. Este tipo de cosas no quiere decir que uno no pueda hacerlas individualmente, sino que pareciera que en el proceso y en el proyecto de una pareja es, para muchas personas, más sencillo poder llevarlo a término. Dicho esto no hablamos de aspectos económicos monetarios sino de lo que tiene que ver con los aspectos económicos del deseo.
«Me voy a vivir con mi novia» no es el mismo coste o esfuerzo emocional que «me voy de casa de mis padres».
Otros aspectos que sí que tienen que ver con la pareja son los proyectos personales compartidos con alguien o los proyectos personales que quiero hacer con otra persona: crear una familia propia, tener hijos o ser madre /padre, tener mascota, la imagen a futuro con otro, una boda y una luna de miel, etcétera. Cuando se finaliza una relación también hay un gran dolor por estos proyectos personales, compartidos o no, que nuevamente quedan en el tintero a la espera de poder cumplirlos con alguien. Y, a veces, ya no es tan importante el con quién llevarlos a término si no cumplir dichos sueños.
Echo de menos a quien yo era cuando estaba contigo
Hay otros aspectos de la relación que se pueden echar de menos, que no tiene tanto que ver con extrañar al ex si no con lo que se obtenía a través de la relación de pareja. Frases como «echo de menos a quien yo era cuando estaba contigo» o «echo de menos cómo me hacías sentir» podríamos interpretarlos como extrañar un aspecto que de nuestra propia imagen, no con la otra persona.
Lo que os quiero transmitir es algo así como «no te echo de menos a ti, echo de menos la imagen que tenía de mí a través de ti«.
¿Y esto cómo se puede traducir de otra manera? Podemos echar de menos la manera en la que el otro nos engrandece: me siento más atractiva o atractivo en pareja, cuando estoy en pareja me siento completa, tengo más seguridad en mí mismo cuando estoy en pareja, etcétera. Pero ¿eso quiere decir que si estoy soltero/a no soy tan atractiva, ni tan seguro de mí mismo, me siento vacía, etc.? No tiene por qué ser así, aunque hay personas que necesitan estar en pareja para sentirse bien consigo mismas.
Echo de menos estar con alguien
A veces no es que extrañemos al ex, es extrañar el tener a alguien con quien hacer cosas, con quien tener planes, con quien viajar, con quien… Algunos dirían «¡Pero si eso se puede hacer con amigos!», sí, pero también hay personas que todo su mundo se centra en la pareja que tienen y todo lo demás se borra, por lo que cuando llega el momento de la ruptura hay un abismo a sus pies y un ¿dónde me apoyo ahora? Por lo que a veces no es la relación con ese ex lo que se extraña, es ese alguien que esté ahí.
A su vez, están aquellos que sufren sobremanera cuando se encuentran a solas consigo mismos, quienes se centran más en los otros por evitarse, quienes se anestesian en las pantallas o revisan la vida de los otros para colmar vacíos propios a los que -de momento- no pueden enfrentarse.
Son tiempos en los que podemos preguntarnos ¿echo de menos a la persona o tener una persona a mi lado? Porque tampoco será lo mismo «la» que «una». «La» persona nos señala que es una persona concreta a quien se extraña, mientras que «una» implica que me vale cualquiera. Es como decir «un clavo saca a otro clavo», porque un clavo es sustituible por otro, alguien a quien amé no.
Le echo de menos
Se puede echar de menos a alguien por sus cualidades, por sus defectos, por sus manías y por esas cosas que hacía que le viéramos como alguien completamente diferente, único, «tan nuestro». Se puede extrañar el sabor de un nosotros, de un te quiero impregnado en sus labios, en mis labios, la caricia de un beso. Se pueden extrañar muchas cosas en ese «le echo de menos» y también habrá algo de nuestra imagen puesto en juego pero cargado de un plus que no es tanto yo, como él/ella.
Todos los puntos anteriores no quiere decir que estén mal, ni que estén bien, es simplemente una manera de extrañar que habla de nosotros mismos, de cómo amamos, de qué elegimos, de cómo son nuestros lazos con los otros (sean de pareja o de otro tipo).
No hay maneras correctas o incorrectas de echar de menos. Sencillamente este artículo es una manera de reflexionar juntos sobre las cosas que nos pasan a todos los seres humanos cuando amamos y conocer cómo amamos, cómo extrañamos y qué es lo que realmente ¿extrañamos al otro o a nosotros a través del otro?