Freud y el psicoanálisis

Todos sabemos que existen diferentes terapias y cada una ha tenido su fundador, pero la realidad es que de pocas personas se ha hablado tanto como de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis.

Breve biografía de Freud

La vida de Freud se desarrolló entre el 6 de mayo de 1856 y el 23 de septiembre de 1939, falleció con 83 años dejando un legado de teorías psicológicas sobre las diferentes patologías, edades y un mundo amplísimo a estudiar.

En un principio, el interés científico de Freud estaba dirigido hacia la investigación en laboratorio en el campo de la neurología, tardíamente cambió su orientación por una beca que se le concede para estudiar con Charcot en 1885.

Antes de trasladarse a París, Freud entabla relación con Breuer (médico, fisiólogo y psicólogo austriaco) con el cual tiene una relación muy estrecha, podríamos decir que paterno filial y es en esta época cuando Breuer trabaja con el caso Anna O. Una paciente que será el comienzo de todo lo que le llevará al psicoanálisis.

Influencia de Charcot en Freud

En 1885 Freud se traslada a París y conoce a Jean Martin Charcot, una de las personas más importantes en la psiquiatría de entonces, quien es considerado como el precursor de la psicopatología. Bajo su tutela, Freud presencia alguna de sus sesiones clínicas en el Hôpital de la Salpêtrière, donde utiliza una metodología novedosa: la hipnosis.

Este método le permitirá explica las afecciones psiquiátricas en base a una lesión (anatomo clínica) y, en concreto, su trabajo con las histéricas (estructura psíquica) del momento le llevará a hacer uno de los descubrimientos más revolucionarios de la época.

Pongámonos en antecedentes para comprender este gran paso para la psicología y los pacientes. La histeria es una estructura psíquica o funcionamiento psíquico (existe la neurosis – neurosis obsesiva o histeria-, psicosis o perversión) que suele presentarse con una una sintomatología amplia y variada que hace síntoma de otras afecciones. Es un tema que tendremos que tratar con más detenimiento para poder explicaros en condiciones a qué se le llama histeria en psicoanálisis pero, para continuar con el artículo, deciros que en aquel entonces se creía que las pacientes histéricas simulaban sus síntomas.

Uno de los descubrimientos más importantes que ofreció Charcot a la clínica fue la demostración de que las histéricas no simulaban sus síntomas y que no era una enfermedad ligada a la mujer, como antes se pensaba. Esta demostración la pudo hacer gracias a su metodología, la hipnosis, a través de la cual dejaba en un estado de semiconsciencia a sus pacientes y, a través de la voz y de órdenes que les daba, pudo crear e inhibir los síntomas de dichas pacientes. Esto le permitió afirmar que los síntomas de las histéricas eran de naturaleza psicológica (traumas) en lugar de la biología.

Otro de los aspectos más interesantes, es que no había una relación real entre el trauma en sí mismo y el trauma corporal, todo se basaba en la cultura popular o en la pregunta que actualmente podríamos seguir haciéndonos ¿por qué se hace síntoma en eso concreto? (Entiéndase «eso concreto» como síntoma que se hace en la alimentación, síntoma en la psicosomática, etc.).

Influencia de Breuer en Freud

Una vez finalizada la beca, Freud vuelve a Viena y expone las teorías de Charcot ante los médicos más importantes de esta ciudad pero, todos le rechazan salvo Breuer.

En cuestión de unos años, Breuer y Freud comenzarán a ver la psicología de manera diferente cuando publican “Estudios sobre la Histeria” (1895), lo que les llevará por caminos diversos. Freud piensa que en la histeria debe haber un traumatismo de carácter sexual en la niñez para que se produzca un trauma, mientras que Breuer no.

Breuer desarrolló el método catártico con la paciente Anna O. (Bertha Pappenheim), que fue ilustrado en el libro anteriormente citado. Este método describe el «efecto terapéutico a través de la purga o descarga de afectos patógenos ligados a sucesos traumáticos a través de su evocación», o lo que Anna O. describió como limpieza de chimenea o cura del habla, donde hacía referencia a la sensación de liberación o de limpieza emocional que le producía la liberación de aquello que la bloqueaba.

En el trabajo con dicha paciente descubre que existen dos tipos de estados, el estado hipnoide (parecido a la ensoñación) y el estado consciente. En las sesiones clínicas con dicha paciente, Breuer intenta comprender qué es lo que dice Anna O. mientras se encuentra en estado hipnoide, un estado que propicia que ella pueda revivir sucesos cargados de emocionalidad excesiva con su padre y que tienen carácter traumático para ella.

El trabajo terapéutico consiste en recordar esos momentos a lo que llama catarsis, pasa esos recuerdos de la conciencia hipnoide a la conciencia volviendo a sentir todas las emociones que intenta evitar, lo que se conoce por abreacción (posibilidad de poder ligar a palabras lo que no ha podido ligarse a otros conceptos). A la vez que van recordando, van desapareciendo los síntomas.

Teorías relevantes de Freud

Más tarde, Freud reemplazó ambas teorías (sugestión y método catártico) por la asociación libre dentro del método psicoanalítico (pinchar sobre el método para conocer la metodología de la terapia freudiana) y, uno de sus obras más famosas en el ámbito popular, la interpretación de los sueños (podéis leer sobre ello en «Teoría del sueño«).

A su vez, habló de la sexualidad infantil perversa polimorfa, término que se ha malinterpretado en muchas ocasiones y de formas muy diversas que no hacen referencia a que los niños sean perversos o que tengan una sexualidad como la adulta. Podéis leer más sobre este término en el artículo «el Complejo de Edipo«.

Teoría pulsional de Freud

No podemos adentrarnos en grandes explicaciones sobre la teoría freudiana pues sería excesivamente ambicioso pero, permitidme que os adelante que Freud describió dos teorías pulsionales que describirían el funcionamiento de la psique:

La primera teoría  fue la descripción de la pulsión de autoconservación «conjunto de las necesidades ligadas a las funciones corporales que se precisan para la conservación de la vida del individuo» (diccionario de Psicoanálisis de Laplanche). Ejemplo, la búsqueda de saciar el hambre. Es la conservación del individuo, frente las pulsiones sexuales que aseguran la conservación de la especie pero van más allá de lo sexual.

La definición dada en el diccionario de Laplanche sobre las pulsiones sexuales sería «Empuje interno que el psicoanálisis ve actuar en un campo mucho más extenso que el de las actividades sexuales en el sentido corriente del término. En él se verifican eminentemente algunos de los caracteres de la pulsión, que la diferencian de un instinto: su objeto no está predeterminado biológicamente, sus modalidades de satisfacción (fines) son variables, más especialmente ligadas al funcionamiento de determinadas zonas corporales (zonas erógenas), pero susceptibles de acompañar a las más diversas actividades, en las que se apoyan. Esta diversidad de las fuentes somáticas de la excitación sexual implica que la pulsión sexual no se halla unificada desde un principio, sino fragmentada en pulsiones parciales, que se satisfacen localmente (placer de órgano)».

En la segunda teoría pulsional hace una diferencia entre las pulsiones de vida y la pulsión de muerte, son contrarias pero una sin la otra no existirían.

La pulsión de vida o Eros sería el conjunto de pulsiones de autoconservación y las pulsiones sexuales; son las pulsiones que nos llevan a vivir. Por contraposición, la pulsión de muerte sería aquella que hace referencia a restablecer un estado anterior o como describe Laplanche «devolver al ser vivo al estado inorgánico». Estas pulsiones se manifestarían hacia el exterior a través de la pulsión agresiva o la destrucción de uno mismo.

Las dos tópicas freudianas

diazatienza.es

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Freud intenta explicar el funcionamiento y las diferentes instancias del aparato psíquico a través de dos teorías tópicas. Lo primero, es que entiende que la mente es dinámica.

En un primer momento, describe el aparato psíquico en tres instancias diferenciadas: el Inconsciente (al cual no se puede acceder salvo a través de los sueños o un trabajo analítico), el Preconsciente (parte inconsciente, parte consciente) y el Consciente (del que uno sabe).

En 1923 crea la segunda tópica o segunda teoría sobre la estructuración de la psique, en el cual habla de otras tres instancias que serían, explicadas a grandísimos rasgos:

  • el Yo, mediadora entre el Ello y el Super Yo.
  • el Ello, es lo más inconsciente e instintivo del individuo
  • el Super Yo es el juez que cada uno tiene, es la ley y ésta puede ser totalmente castigadora con uno mismo.

Para continuar leyendo…

Son muchas las aportaciones teóricas que ha aportado Freud a la psicología y no sólo como padre del psicoanálisis. Es por ello que hemos intentado destacar aquellas que consideramos más importantes aunque habría muchísimos más.

El legado de Freud ha sido impresionante y muy diverso, multitud de obras que nos hablan de cómo fue estudiando la psique humana, creando teorías que fue reformulando y que a día de hoy siguen estando vigentes como una base teórica fundamental para poder trabajar con el inconsciente. Para los que estéis interesados en conocer más del psicoanálisis, nada mejor que acceder a los libros escritos por él mismo: «Índice de las obras completas de Freud«.

Por otra parte, si os gusta el cine, os recomendamos la película «Freud, pasión secreta» que es pseudo biográfica y está muy interesante de ver para conocer más sobre el psicoanálisis y la aportación de Freud a la psicología actual. Os dejamos un fragmento de la misma:

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Un Comentario en “Freud y el psicoanálisis”

  1. Lilia Rodríguez Valadez dice:

    El título de este artículo suena muy interesante, pero me parece que es excesivamente corto, por lo que la aportación que se da al público es mínima. Quiero suponer que el artículo es así por problemas de espacio, y espero que tengan a bien hacer uno mucho más completo aun cuando se tuviera que hacer en entregas.
    Lilia