Hiperpaternidad: Qué es y cómo evitarla

Si bien la globalización y las redes sociales en sí mismas, no pueden ser depositarias de todos los males de nuestra época ni tampoco causa única de los mismos, la forma en la que nos llevan a relacionarnos desarrolla conductas bastante poco beneficiosas para nosotros y para los demás.

Estos tiempos de competencias por doquier y de necesidad de demostrar cuánto valemos y cuán útiles y capaces somos, nos llevan a proyectar nuestros propios miedos y frustraciones en quienes nos rodean y forman parte de nuestro entorno más cercano. Los hijos no escapan a esta realidad y la misma conduce a una necesidad extrema de protección. Intentamos que , bajo ningún concepto, repitan por imitación o mal aprendizaje, errores ajenos a ellos, y pretendemos que el camino que significa vivir, les sea lo más cómodo posible.

Entonces en ese afán de protegerlos a veces nos pasamos un poco de la raya (por supuesto sin una intención negativa) al punto de obstaculizar muchas veces un camino que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.

En ese afán de protección y de cuidados que se nos pasa de los límites, nos topamos con el concepto que intentaremos desarrollar hoy, la Hiperpaternidad.

¿Que es la hiperpaternidad?

Dicho concepto comprende a aquellos padres que ejercen servicios de chóferes, directores técnicos, guardaespaldas, profesores particulares de tiempo completo y por supuesto el mayor de los trabajos y el más gratificante para sus niños, mayordomos full time.

El padre sobre protector, o hiperpadre, es aquel que no puede ver que su hijo tenga que soportar un segundo ninguna necesidad y corre al acto a cumplir su deseo sin casi cuestionamientos.

Son padres completamente estresados, no solo por la vida diaria sino también por querer realizar para sus hijos el mundo perfecto, que claro, no existe. Acaban criando hijos agobiados que crecen incapacitados para desenvolverse solos por exceso de protección.

Consecuencias de ser un hiperpadre

Una de las mayores consecuencias de este tipo de crianza para sus hijos es sin dudas la poca o nula tolerancia a las frustraciones. Esto puede desembocar en los casos más graves, en algún tipo de trastorno de personalidad, concepto que desarrollamos en próximas columnas.

El periodista Carl Honoré nos cuenta en su libro sobre la vida actual vertiginosa en la que vivimos, Elogio de la Lentitud, que una de las causas de la Hiperpaternidad puede ser “la tormenta perfecta en la que intervienen la globalización y un aumento de competencia que, unidos a la inseguridad cada vez mayor en los lugares de trabajo, nos han hecho más ansiosos respecto a preparar a nuestros hijos para la vida adulta”.

Complementa diciendo que “hoy queremos dientes perfectos, un cuerpo perfecto, las vacaciones y la casa perfecta y, obviamente, los niños perfectos para completar el cuadro”. A esto se le suma sin dudas el estrés que nos genera el estilo de vida actual y que transmitimos a nuestros hijos, ya que somos su más cercano y genuino ejemplo a seguir.

Como explica la pedagoga y escritora Cristina Gutiérrez Lestón, en su libro Entrénalo para la vida “toda esta falta de tiempo y de espacio para genera una serie de carencias emocionales en muchos niños y niñas, que no saben desenvolverse en un grupo de gente. Se sienten débiles y con un montón de miedos”.

Dichas conductas que presentan los padres tiene una génesis que es más antigua que el mismo ser humano, el miedo. Miedo a no darles todo lo que consideramos que merecen. Miedo a no poder conseguir que sean felices. Miedo a que sufran. Incluso a no lograr esos hijos perfectos que pretendemos tener.

Es poco creíble pero ese miedo nos lleva directamente a la paradójica consecuencia de criar hijos capaces de generar todos esos problemas por los cuales los estamos protegiendo.

¿Cómo evitar la hiperpaternidad?

Debemos relajarnos y disfrutar de ser padres, para que ellos puedan disfrutar de ser hijos, con las responsabilidades que ello trae en ambos casos. No hay que confundir cariño y amor con sobreprotección, no hay que confundir enseñanza con no dejarlo cometer errores. No podemos enseñarles que todos los problemas tienen rápida solución porque eso sin dudas no será así en sus vidas de adultos.

Para complementar este artículo y seguir incrementando nuestro conocimiento, les recomiendo leer La importancia de decir no a los hijos.

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