La relación que se mantiene hoy día con el móvil, o mejor dicho, las redes sociales, está siendo un gran objeto de crítica pero también de estudio. Tanto es así que desde hace años se ha comenzado a hablar de adicción a las redes sociales y se investiga desde cuáles son las consecuencias a nivel psíquico como cuáles son las razones de tal adicción.
El papel de las redes sociales en la actualidad se ha convertido en algo crucial y devastador. Es esa sensación de que uno no es nadie si no tiene un perfil en alguna o en todas las redes, está fuera de circulación y de las modas si no conoce todas las redes sociales o parece que uno no tiene vida si no publica todo lo que hace a través de la red.
Las redes sociales se han convertido en un escaparate donde uno se vende y vende su vida, un teatro donde uno sólo muestra aquello que considera socialmente bien aceptado en su círculo. Una red social a través de la cual se busca identidad, valoración y que genera dependencia, además de una falsa autoimagen.
Más que hacer una reflexión acerca de las redes, nos vamos a centrar en este aspecto tan sonado año tras año que es la adicción a las redes sociales.
Trastorno de Adicción a Facebook
En el año 2012, psicólogos estadounidenses comenzaron a hablar del Trastorno de Adicción a Facebook, «Facebook adiction disorder» (FAD), del cual estimaron que 350 millones de personas en el mundo puede estar sufriendo este trastorno de adicción a Facebook.
Eso sí, tengo que deciros que este «trastorno» no entra dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) por lo que no hablamos tanto de un trastorno mental como tal.
En la clasificación realizada en el estudio de 2012 propusieron que había 6 criterios para definir la adicción, teniendo al menos 2 a 3 de los siguientes criterios durante al menos 6 u 8 meses:
Tolerancia
Se refiere al comportamiento de desesperación que presenta el adicto cuando no se pueden conectar y pasan gran cantidad de tiempo en Facebook. A su vez, es importante tener en cuenta que su conducta le está afectado a su vida personal, estudios o trabajo.
Síndrome de Abstinencia
La persona adicta experimenta gran desasosiego e inquietud si no se puede conectar, hasta el punto que problemas con la conexión a Internet son todo un drama. Los síntomas más comunes son la angustia, ansiedad por saber qué estará pasando en su ausencia en la red, etcétera. También suele suceder que se altera el sueño puesto que duerme menos por pasar horas en Facebook.
Reducción de otras actividades sociales
Alguien que sufre trastorno de adicción a Facebook irá reduciendo sus actividades ajenas a la red social. Leer, salir con los amigos o la pareja, hacer deporte, ir al cine. Cosas que antes solía hacer las irá dejando para llenar ese tiempo en Facebook, Instagram. etc.
Vida virtual
Se prefiere estar en línea hablando con una persona que pasar tiempo con ella fuera de la red.
Falsos amigos
Si 8 de cada 10 amigos que tienes en tu perfil son personas totalmente desconocidas, ellos lo consideran como una muestra clara de tener un trastorno de adicción a Facebook.
Usar Facebook les proporciona satisfacción
Si se abre la sesión de Facebook y se encuentra varios mensajes y solicitudes de amistad la persona experimenta gran satisfacción. Cuando conocen a gente nueva, les pregunta su nombre, si tienen cuenta en Facebook y que le agreguen como amigos.
El uso de Smartphones o tablets facilita cada vez más el acceso a Facebook u otras redes sociales. Literalmente hay gente que está conectada permanentemente a Facebook.
Adicción a las redes esconde una carencia
Algunos investigadores y psicólogos consideran que la adicción a las redes sociales podría estar escondiendo algún tipo de carencia, siendo la adicción como una forma de compensación de esos vacíos o ausencias. Cualquier adicción puede resultar de una necesidad de tapar un vacío y la búsqueda de sensaciones de satisfacción que pueden estar relacionadas con la evasión.
Dicho esto, es importante que al final uno pueda tener en cuenta a la persona concreta, al individuo mismo, para poder entender en qué contexto se ha desarrollado la adicción a las redes sociales y por qué es que ésta se mantiene a lo largo del tiempo.
El comentario típico que escuchamos entre las diferentes generaciones es que antes se jugaba en el barrio o en la calle, antes uno creaba juegos, antes los niños se relacionaban más. Frente a estas descripciones, hoy nos encontramos con niños que pasan las horas mirando una pantalla, que juegan a videojuegos y que es más frecuente que las horas las pasen en casa sin relacionarse con sus pares.
Si tenemos esto en cuenta y cómo esos niños son adolescentes, para luego ser jóvenes y adultos, no es de extrañar que acaben escogiendo también una pantalla antes de relacionarse cara a cara.
Y, si pensamos todo esto en global, ¿Dónde está el origen de todo esto? ¿Qué carencia inicial estaría supliendo la adicción a las redes sociales?
Adicción a las redes como conducta hipersocial
Un reciente estudio (2018), «Hypernatural monitoring: a social rehearsal account of smartphone addiction», llevado a cabo por los investigadores Samuel P. Veissière y Moriah Stendel, y publicado en la revista Frontiers in Psychology, plantea la hipótesis de que se haya asociado erróneamente la adicción a las redes sociales como algo antisocial cuando podría ser todo lo contrario, una conducta hipersocial.
Desde este planteamiento se entendería la adicción a las redes sociales como una necesidad de estar en contacto permanente con otras personas. La necesidad de socializar la considera como algo inherente al ser humano, sólo que en este caso habría derivado a una conducta extrema.
Consecuencias de la adicción a las redes sociales
Independientemente de los diferentes focos y formas de entender la adicción a las redes sociales desde un punto de vista meramente teórico, tenemos que plantearnos cuáles son las consecuencias de esta adicción.
Independientemente de que pueda considerarse como una conducta antisocial (no se relaciona con el mundo si no es a través de una pantalla) o hipersocial, podemos hablar de una forma de relacionarse que pierde lo humano, la calidez y el contacto físico para que prime una forma de relación en cierta forma más alejada de lo íntimo.
Por ello, algunas de las consecuencias que se asocian a este tipo de adicción o forma de relacionarse también podría derivar en inseguridad, problemas de autoestima, dificultades para relacionarse con los demás sin una pantalla, ansiedad, etc. Si os parece exagerado, pensad en los adolescentes que están reunidos y en lugar de hablar verbalmente se mandan mensajes a través de las redes.
Afortunadamente,nunca quise pertenecer a ninguna red social.Ya la web es de por sí bastante adictiva.Hay que regular mucho esa cosas y cuidar la privacidad.
Es claro que en la era que vivimos la tecnología y las herramientas virtuales juegan un papel de gran relevancia en nuestra vida cotidiana.
La verdad es que las redes sociales proporcionan múltiples bondades a quienes saben explotarlas, sobre todo por la inmediatez de las respuestas; incluso, hay profesionistas que están respaldando su actividad con este tipo de herramientas (destacan los profesores que han descubierto el potencial de las redes para estar en contacto con sus alumnos y actividades).
No obstante, también estoy consciente de que la línea que divide el uso del abuso en las redes sociales y el mundo virtual es muy delgada, y los problemas que puede acarrear para la persona y quienes estén a su lado. Por ello, debemos estar al pendiente de estas señales y de comentarios que realiza la gente que nos rodea (frases como «¡Pasas la mitad de tu vida en Facebook!» deben tomarse con seriedad).
En estos tiempos, las redes sociales y el contacto con personas a través de un mundo virtual es parte de la vida cotidiana de gran parte de la población. Su uso ha generado ciertos beneficios que, cuando son explotados de forma adecuada, son de gran utilidad para diversas profesiones destacando la educación (diversos profesores utilizan estas herramientas para estar en contacto con sus alumnos).
Sin embargo, estoy consciente de que la línea que divide el uso adecuado de la adicción puede llegar a ser muy delgada, y en ocasiones puede llegar a generar dificultades con las personas que nos rodean. Por ello, estar atentos a estas señales y, sobre todo, a los comentarios de quienes nos conocen es parte importante del cuidado a mantener al evaluar nuestro uso del Internet.
Creo que la afición por esta red social va en aumento, en muchos casos esto provoca una distorsión con la realidad al hacer creer al individuo que ya presenta síntomas de adicción una popularidad que no existe, yo tengo una compañera, que hace comentarios, sube frases, fotos, etc., varias veces al día e incluso insulta a quien no esta en su «onda», la verdad esto es muy patético y resulta triste ver que esto sobre pasa su capacidad de entendimiento, triste muy triste..
no niego que si son herramienta, si y solo si se saben manejar y esto es con entera capacidad mental ya que si sedeja en las manos de los niños que no son supervisados por los padres si es posible que se llegue a la adiccion por el mal manejo, ya que no es posible que niños quieran conocer gente que en su vida han visto, y no saben que es lo que quieran, estosi se vuelve un problema ya que hay familias que no tienen la capacidad de poder enfrentar este tipo de pronblemas. y solo se generan mas conflictos en las familias y sin saber como resolverlos, lo peor del caso es que no recurren a ayuda, e intentan soloucionarlo sin saber que el problema lo estan incrementando.
I every time spent my half an hour to read this
blog’s posts every day along with a mug of coffee.
Quien es el autor de estudio aquí presente?.. De dónde cita dichos criterios??..
Daniel, al final del artículo tienes las diferentes fuentes donde podrás encontrar más información sobre los estudios, el autor, los criterios y demás 😉