¿Cómo afecta la televisión a los niños pequeños?

Los efectos negativos, desde el punto de vista de la psicología, del uso de la televisión y la tablet en niños pequeños es un hecho pero ¿en qué afecta realmente el excesivo uso de estos medios de televisión ante bebés y niños pequeños?

La televisión, la tablet, la consola, los móviles… cuando su uso es excesivo e inadecuado se acaba convirtiendo en una herramienta dañina para los niños. Estos aparatos electrónicos comienzan a utilizarse desde muy pequeños con los bebés y los niños para que estén tranquilos, callados y entretenidos pero ¿tan estupendos son? o ¿quién se está sintiendo desbordado, el niño que pide la atención que requiere o los padres que no se sienten capaces de dársela?

Todos conocemos hoy día la gran variedad de series y dibujos animados que hay en la parrilla televisiva, se han creado canales televisivos exclusivamente para niños donde uno puede encontrar dibujos a cualquier hora del día, por lo que se convierte a los niños en grandes consumidores de la televisión.

Televisión y hora de la comida

Nos encontramos con padres y madres que ponen los dibujos animados (supuestamente estupendos para la edad de los más pequeños) cuando van a darle de comer a sus bebés, de esta manera se quedan completamente embelesados ante el constante bombardeo de estímulos y no hacen ni mu mientras se les va dando la comida.

Por supuesto, una vez que el crío ha asociado esta exposición masiva a comida, que uno no espere que no la pida y la reclame cada vez que hay que comer. Así que, hemos encontrado un nuevo hábito y una nueva relación con la comida que no pasa por mamá o papá, que le dice aquí viene el avión, si no que traga sin saber ni degustar lo que ingiere ¿dónde está el placer de la comida, de conocer nuevos sabores y texturas, de ese reencuentro afectivo con papá o mamá cuando come y lo felicita?

Si pensamos en niños un poco más mayores y adolescentes, la televisión acaba resultando como un miembro más de la familia y las comidas en familia se hacen en silencio para poder escuchar lo que el aparato tenga que decir o mostrar. Ya no hay conversaciones sobre el día, las preocupaciones o las anécdotas, no hay un diálogo, hay un televisor que junta a personas viéndolo.

Si el niño molesta, enciende la televisión

En otras ocasiones, también nos encontramos con niños que sólo se relacionan con el televisor, se sientan frente a él y parece como sino hubiera un niño en casa. Toda su atención está puesta en los dibujos que aparecen en el televisor con independencia de la temática, sean más violentos o menos, allí está mamando de una alta exposición de estímulos.

Por tanto, el televisor o la tablet se convierte en una herramienta estupenda para que el niño esté callado y no moleste, «como si no existiera«, lo que hace que este aparato tenga una nueva funcionalidad, el cuidador de bebés gratuito.

Los niños ya no saben jugar

Es muy común entre padres que se comente el típico chascarrillo de «en mi época jugábamos hasta con un palo, ahora no saben divertirse«, lo que nos lleva a cuestionarnos ¿les estamos permitiendo crear un espacio en el que puedan aprender a jugar?

Cuando los niños son pequeños necesitan poder estar solos ante la presencia de un otro, un otro (padres, abuelos..) que siente que le mira y que le cuida, que le controla aunque no esté participando en las acciones que comienza a realizar en solitario. Un ejemplo sería cuando los niños comienzan a caminar por sí solos con mayor confianza, se adelantan al paso de los padres para ir a curiosear algo pero siempre echan la mirada hacia atrás para comprobar que siguen estando ahí, que le observan, que no está solo aunque es él solo quien va decidiendo qué hacer.

Más adelante, no necesitará esa presencia constante de los padres porque estará interiorizada y podrá jugar en solitario.

Por otra parte, también hay padres que comentan que los niños no se relacionan tanto con otros niños, que prefieren no bajar al parque a jugar porque les gusta más la consola o el ordenador, niños que al final no se mueven porque están sentados mirando la tele. Lo que también nos lleva a preguntarnos, no sólo por el daño que puede hacer a las habilidades sociales sino  ¿cómo no vamos a hablar también de niños que tienden a tener problemas con el peso si su vida es sedentaria?

La televisión obtura la creatividad

Como antes mencionábamos, si la televisión lo ocupa todo y no hay un espacio de juego, qué difícil va a ser que un niño pueda ser creativo. Sin embargo, cuando puede estar solo con presencia de los padres – en un principio – la creatividad puede ir apareciendo poco a poco pues buscará maneras para desarrollar sus propios cuentos e historias, para crear sus propios juegos.

Otro ejemplo sencillo. Si a un niño se le lee un cuento o se le da un libro, puede ir imaginándose cómo son los personajes o cómo es el lugar donde se desarrolla el cuento, en su cabeza pueden ir apareciendo multitud de imágenes que él mismo está creando para darle vida a lo que escucha o lo que lee; sin embargo, cuando hablamos de que vea una película infantil en la televisión, ya no tiene nada que imaginar pues todo le viene dado.

Tomando el comentario anterior de que los niños de ahora ya no saben jugar, suele ir acompañado de antes no teníamos nada y lo teníamos todo. No había juguetes ni televisiones, había piezas o palos con los que uno se imaginaba que iba a lomos de un caballo para jugar a indios y vaqueros, o creaba pasteles sobre troncos de madera. Es decir, la creatividad lo hacía todo posible porque uno podía crear hasta límites insospechados.

La televisión y la dificultad de atención en las aulas

Hay varias frases que suenan y resuenan desde hace unos años: déficit de atención, problemas de concentración, el aburrimiento en las aulas…

Cuando se expone a un niño desde temprana edad a un bombardeo de estímulos externos, llenos de colores y sonidos durante largas horas ¿va a resultar fácil que luego pueda concentrarse cuando se escucha una única voz y hay que prestar atención a una pizarra monocromática?

Hay quienes piensan que el uso de la tablet es la herramienta perfecta para que esto no suceda, personalmente creo que habría que plantearse también otras cuestiones y no buscar únicamente tiritas. (Lo que no implica que la tablet utilizada en la clase como una herramienta extra no pueda ser estupenda para afianzar conceptos).

La televisión no educa

Tampoco podemos olvidarnos que, finalmente, los niños acaban aprendiendo modelos de conducta que ven en la televisión y muchas veces no prestamos atención a lo que están viendo. Nos olvidamos de que hay un gran porcentaje de violencia televisiva, incluso en los dibujos animados.

El hábito de encender la televisión para llenarlo todo y silenciarlo todo, acaba con la oportunidad del diálogo. Si uno espera que sea la televisión la que eduque a los niños, acabaremos encontrándonos con niños con dificultades para atender, horas dedicadas a la nada que pueden derivar en ignorancia y la pérdida de la ilusión por aprender, por crear y conocer.

Hay niños que pasan horas frente al televisor sin hablar con nadie más y aprenden que la sensación de consuelo y calma se la ofrece un objeto externo, sin que un otro (padre/madre) pueda dársela o la pueda encontrar en sí mismo porque, ante cualquier ruido o queja, le ponen la televisión.

Si uno se porta bien, le dan más horas de televisión pero ¿tan estupenda es la tele para que se convierta en el premio?

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Fuente: Realidad y Juego, Winnicott. Clínica psicoanalítica con niños, Siquier, Knobel, Blinder

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