Cómo detectar la violencia de género – Señales de maltrato psicológico

Se puede detectar la violencia de género a través de señales de alarma del maltrato psicológico que son visibles y perceptibles. Después, veremos que hay muchas formas de respuesta ante las mismas, más o menos sanas, pero que resulta fundamental recordar que hay amigos, familia y recursos sociales para poder pedir ayuda, salir de esa relación y reconstruirse interiormente.

Cómo detectar la violencia de género

Uno de los últimos términos populares con los que se ha comenzado a etiquetar las relaciones de pareja en las que se vulneran los derechos/cuidados/respeto de unos o de otros, o en los que uno puede percibir que hay rasgos que no son saludables, es la llamada «relación tóxica«. Una forma de renombrar una mala relación pero que casi parecía más una moda que la posibilidad de hacerse cargo de lo que implica la toxicidad realmente.

Tal vez tenga que ver con todas las diversas formas que tiene el ser humano de relacionarse, consigo mismo y con el otro, con la manera en la que uno puede amar y ser amado, con la forma en la que entiende el amor. Finalmente, aunque lleve tiempo encontrar las palabras, todo el mundo tiene una idea de qué es el amor o de cómo desea ser amado, después llega la realidad y nos encontramos con personas que sostienen relaciones en las que todo aquello que ha descrito, se encuentra muy lejano a la realidad que viven.

Por todo ello es importante dar valor a las palabras y a los términos que utilizamos, a la vez que es importante dar espacio al pensamiento, a la reflexión y a poder ver qué es lo que ocurre en nuestra vida, en nuestro mundo interno.

Primeras señales de maltrato

Las señales que os compartimos a continuación son pequeños detalles que se convierten, con el tiempo, en algo muy grande. A veces son un letrero de neón que, por mucho que brille, una no está en el momento emocional de poder verlo o de verlo y poder actuar ante ello pero, en muchas otras ocasiones, son alarmas que sirven para ver que algo no está yendo bien en la relación y poder dejarla a tiempo o buscar ayuda.

  • Controla tus tiempos y tus hábitos, incluso puede llegar a decirte qué es lo que tienes que hacer y cuándo.
  • Te dice cómo tienes que vestir o te ves obligada a cambiarte de ropa si a él no le gusta para evitarte un problema. Lo mismo sucede con el maquillaje o con tu forma de comportarte con los demás.
  • Le tienes miedo. Puede que nunca lo hayas dicho en voz alta, puede que nunca lo hayas pensado como tal, pero cuando es la hora de llegar a casa o de que él llegue a casa estás tensa, nerviosa e incluso algo asustada por cómo haya tenido el día o por si todo está como sabes que a él le gusta.
  • Puede que no te lo haya dicho aún directamente pero te deja ver cómo le molesta, con sus gestos o comentarios, que quedes con tus amigos o tus familiares.
  • Si le dices lo que te ha molestado o te ha dolido, ya sea sobre algo de su conducta o sobre la vida, desprecia tus sentimientos, te trata de loca o de sensible, o directamente te ignora. «Ya estás con tus tonterías«.
  • Te hace sentir tonta, torpe, inútil… Casi como si tuvieras que sentirte afortunada de que «por fin» alguien te quiera, de que él te quiera porque quién va a quererte si no es él o quién va a quererte como él.
  • Cuando habla de las mujeres, aunque sea de forma general, suele ser siempre ridiculizando, insultando o despreciando.
  • Ha llegado al punto de gritarte, insultarte o humillarte. No importa que sea dentro de casa o delante de los demás, lo que puede que esté provocando que tengas miedo a cómo reaccione y que sientas vergüenza, culpa y tristeza. Puede que te estés preguntando constantemente qué has hecho mal o cómo puedes agradarle.
  • Tal vez, en un momento en caliente, te ha llegado a levantar la mano. Puede que un tortazo o un empujón, o puede que haya llegado a una agresión física con mayores secuelas físicas, las emocionales siempre están ahí.
  • Ha amenazado con hacerte daño, a ti o a los tuyos. Hay quien puede amenazar con hacerse daño él mismo sino accedes a lo que él quiere. Te ha amenazado con quitarte a los niños si lo dejas.
  • Te ha forzado a mantener una relación íntima con él cuando tú no querías. No importa que hayas dicho que no abiertamente, que lo hayas evitado físicamente, que no le hayas podido decir que no pero que físicamente se lo hayas dejado claro que no quieres que te toque. Ha insistido y presionado lo indecible.
  • No quiere que hables con nadie, no quiere que salgas sola, no quiere que seas independiente.
  • Controla el dinero de la casa y controla lo que tú gastas, dónde y cuánto.
  • No puedes decidir qué quieres, incluso a veces puede ser que él conteste por ti sin que tú puedas decir lo que quieras, tanto en las pequeñas cosas como ante los demás, o sin que puedas opinar o participar en una conversación con más personas.
  • Ha llegado el punto en el que te da miedo su reacción, su mirada o sus gestos.
  • Revisa tu teléfono y tus redes sociales, o incluso te ha invitado insistentemente a que elimines tus redes sociales y lo has hecho para que no se enfade o no se ponga celoso porque hables con alguien.
  • Te sientes inferior a él constantemente.
  • Todas esas cosas que te molestan y te preocupan de su actitud celosa, posesiva, insegura, controladora… Él lo traduce en que te ama muchísimo y sabe lo que es mejor para ti, su único objetivo en la vida es que seas feliz y así es como va a dártelo todo.

Una lee esto y puede haber multitud de respuestas-sensaciones diferentes ante ello:

  • Sentir que no tiene nada que ver con una, que a eso a él y a ella no le pasa (aunque esté pasando);
  • Sentirse un poco identificada pero rápidamente justificar la situación (esto no pasa a menudo, sólo ocurre cuando tiene un mal día, hace mucho que no pasa, no sabe decir las cosas de otra manera, es porque me quiere, etc.).
  • Sentirse identificada pero tener demasiado miedo para hacer algo.
  • Poder tomar conciencia y buscar ayuda.

Quienes nunca hayan estado en una relación de este tipo o no hayan tenido personas cercanas inmersas en esta forma de relacionarse, les puede sonar a película o algo muy descabellado. La realidad es que está más próximo y más interiorizado de lo que uno podría imaginarse, por lo que es fundamental escuchar, respetar e intentar comprender lo máximo posible para favorecer y ofrecer el apoyo necesario para que pueda salir de ese lugar de sufrimiento.

Cuando una se adentra en una relación sentimental de este tipo es importante tener en cuenta que hay secuelas emocionales que quedan ahí y que es importante poder trabajarlas, para poder construir una relación sana con una misma y con futuras parejas.

Otros artículos que os pueden resultar interesantes sobre esta temática son:

Compartir en: Twittericono twitter Facebookicono facebook Pinteresticono pinterest

También te puede interesar